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Wolfgang Amadeus Mozart

Wolfgang Amadeus Mozart
“No me interesa la alabanza o crítica, me basta con seguir mis propios sentimientos” – Wolfgang Amadeus Mozart

Wolfgang nació el 26 de enero de 1756 en Salzburgo, lo que en aquel entonces era un arzobispado independiente del Sacro Imperio Romano Germanico. Hoy dicha ciudad forma parte de Austria. Su madre era Ana María y su padre, músico de profesión, Leopoldo Mozart. Mozart fue su séptimo hijo. De los seis hermanos que tenía, solo una sobrevivió, María Ana. La alta tasa de mortalidad infantil de la época era un tema preocupante.

Ambos dos crecieron en un ambiente musical, gracias a su padre. Él los educó para que en un futuro los dos pudieran dedicarse a la música.

A los tres años, Mozart ya tocaba el clavecín, que era una suerte de piano pequeño característico de la época. A los cuatro, ya leía partituras y, como si fuera poco, sabía escuchar melodías y luego plasmarlas en partituras. Hacer eso con la música de las misas era un pasatiempos para Mozart. A los cinco años, ya componía música. Es decir, creaba una melodía, la escribía en una partitura y luego la reproducía él mismo en el instrumento correspondiente.

Su padre no quiso perder la oportunidad económica de tener a un músico prodigio en su familia, por lo que decidió sacarle rédito a la situación. Junto con su hermana, emprendieron viaje a decenas de grandes ciudades de Europa en dónde Mozart hacía presentaciones, especialmente ante diversas cortes europeas.

Para 1762, cuando Mozart tenía apenas seis años, ya había tocado en las cortes europeas de Francia, Alemania, Gran Bretaña y de los Países Bajos.

En 1763 volvió a hacer una gira, esta vez de duración de tres años, pasando por las ciudades de Munich, París, Londres, La Haya, Zurich, entre otras. En uno de estos viajes, fue a Versalles a tocar frente al rey Luis XV.

En 1764, con tan solo ocho años, Mozart compuso su primera sinfonía “completa”, la cual se llamó “Sinfonía 1”. De hecho todas sus obras están ordenadas numéricamente.

Entre los nueve y los once años, se avocó a componer su primera ópera, algo incluso mucho más difícil ya que además de coordinar y escribir las melodías de los diversos instrumentos, también debía escribir y crear la letra lírica.

En 1770, con catorce años, viajó a Roma y visitó la capilla Sixtina en donde escuchó una obra de Gregorio Allegri, la famosa pieza El Miserere. Esa obra debía ejecutarse única y exclusivamente en dicha capilla. Era casi una pieza secreta. Pero Mozart desafió las leyes y como lo hacía en su infancia, memorizó y plasmó la melodía en una partitura propia. Días más tarde, se presentó ante el papa Clemente XIV y la tocó para él. La pena por tocar la obra fuera de la capilla Sixtina era ni más ni menos que la excomunión, pero al ver el papa el talento y la edad de Mozart, no solo decidió no castigarlo sino que le otorgó el título de Caballero de la Orden de la Escuela de Oro, una acreditación significativa de la iglesia.

Al año siguiente, en 1771, lo aceptaron como miembro de la Academia Filarmónica de Bolonia. La edad mínima para ingresar era de veinte años. Mozart tenía quince.

En 1778 Mozart se mudó a París en una situación muy precaria.

Cuatro años más tarde, Mozart contrajo matrimonio con Constanze Weber. Con ella tuvo seis hijos, aunque solamente dos sobrevivieron a la infancia, Karl y Franz Mozart. Nuevamente, la mortalidad infantil en esos años era algo realmente alarmante.

Su carrera empezó a repuntar, especialmente gracias a su gran éxito El rapto en el serrallo, obra que no solo lo aclamó y lo consolidó como gran compositor en el mundo de la música de la época, sino que, también, dio inicio al género operístico conocido como ópera alemana, en un momento en que el italiano era el idioma más habitual para la ópera.

En esos años de esplendor y gran popularidad, Mozart se mudó a un lujoso apartamento en Viena, donde compuso obras magistrales como La marcha turca, en 1783. Un año más tarde compuso su famosa creación, Las bodas de Fígaro.

Sin embargo, Mozart se hundió en un momento decadente de su vida y su carrera. Su éxito era cada vez menor y, como consecuencia, era cada día más pobre. Su popularidad cayó abruptamente, él se sumergió en deudas económicas.

Mozart comenzó a dar clases particulares de piano. De hecho, se dice que Beethoven fue alumno suyo, algo que nunca se pudo corroborar.

En 1787 escribió Pequeña Serenata Nocturna o Serenata Nº13, quizás, su obra más conocida y, para muchos, la mejor.

Años más tarde, Mozart cayó enfermo y pasó el resto y final de sus días en cama. Desde allí, desde su propia cama, escribió El Réquiem, a pedido de un monarca ruso.

El 5 de diciembre de 1791 falleció a los 35 años. Fue velado en la catedral de San Esteban y enterrado en una tumba comunitaria. Por eso, nunca se le pudo realizar siquiera una autopsia.

De su muerte siempre se especularon muchas cosas. Hay más de una centena de versiones. La más aceptada y verídica afirma que simplemente falleció a causa de la enfermedad que lo acechaba hace años, una fiebre reumática aguda, enfermedad que ataca las válvulas cardíacas.

En apenas 35 años de vida, Mozart escribió seiscientas veintiséis obras. Esto da un promedio de casi veinte obras por año, un número desmedido. En total, Mozart compuso más de doscientas cuarenta horas de música.

Y así terminó la historia del compositor más grande de toda la historia, según muchos expertos. Tuvo una vida bastante corta y fugaz, pero que, sin dudas, supo aprovechar.

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